Época de Luis XV siglo XVIII

En esta época el ballet tomo forma más interesante y elegante, la técnica se sigue perfeccionando. Las bailarinas ya empiezan a tener el primer lugar en el ballet hasta llegar a ser ídolos del público, tanto que cuando Guimard se rompió el brazo se rezó públicamente en el Catedral de Notre Dame por su pronta recuperación.
Las mas grandes bailarinas de la primera mitad del siglo XVIII son: María Salle y María Camargo. Las cuales introdujeron cambios en las técnicas y en los trajes de baile. La primera (María Salle) no pudo realizar sus reformas en París, para lo que tuvo que irse a Inglaterra, se presentó en el Covent Garden vestida de manera totalmente distinta a la tradicional; en lugar de peinado alto con adornos, la pollera con miriñaque y el corpiño ajustado, lucía un vestido de muselina blanca que la envolvía como una túnica griega y los cabellos desgreñados, el público la aplaudió con delirio. María Camargo, rival de la Salle, cuatro años después de su debut introdujo el entrechat-quatre, varios tipos de jettes y el pas-des-basque. Para su comodidad y la libertad necesaria de movimientos, calzó zapatos sin tacón y acortó su vestido hasta más arriba del tobillo; esta innovación causó escándalos pero como permitía la ejecución de nuevos pasos interesantes fue aceptado. Lancret pintó muchos cuadros de la Camargo bailando románticamente en las selvas.
También se destacaron otras bailarinas tales como Fontaine, Sublini, Emilia Dupre y la Privott. La Camargo debe su fama a una casualidad, formaba parte de un cuerpo de baile y un día faltó la bailarina y ella se ofreció y realizó la parte de ella; llamó la atención y no taró en debutar como solista, no actuó como actriz sino como bailarina.
La Selle danzó con expresión y así se dividieron los dos grupos: los balletómanos del siglo XVIII. Al parecer la Camargo nada tenía de graciosa, no era alta ni bien formada pero bailaba maravillosamente, todos los pasos los ejecutaba con facilidad.
La Selle era graciosa, su fisonomía noble, expresiva y espiritual, disimulaban su escasa técnica con la expresión. Se hablaba de los saltos de La Camargo y de la espiritualidad de La Selle. Así como la Selle cambió su traje de danza, la Camargo se puso pantalones debajo de las faltas para sus “brissos y saltos”, lo hizo para no ultrajar la moral; preparó el advenimiento del maillot, inventado por Mollet (sastre de la Opera de París) del siglo XIX, desde ese momento se empezaron a acortar las faldas de las bailarinas hasta llegar al tu-tu clásico.
En el siglo XVIII es de fundamental importancia la actuación de Jorge Noverre, autor de un famoso libro: “Lettres sur le dance et les ballets” (Carta sobre la danza y los ballets) esta dedicaddo a la exposición de sus ideas, teorias y leyes. Como la Camargo y la Selle, Jorge Noverre fue un renovador del ballet. Dice en una carta: “deshacewrse de las horribles máscaras, quemar las ridículas pelucas, abolir los pesados miriñaques y subsistir la rutina por el buen gusto, indicar trajes más nobles y pintorescos, pedir acción y expresión de la danza para demostrar la distancia enorme que separa la técnica mecánica del genio que pone la danza junto a las artes imitativas”. Sostenía que el ballet no es sino un arte noble destinado a la expresión. En autor Canich llamaba a Noverre el Shakespeare del baile.
Mozart le escribió música para “Les petite rieux” pero Noverre no pudo conseguir todo lo que el predicaba y recién 13 años después un alumno de él, Pedro Gardel, consiguió el propósito de su maestro: abolir las máscaras y las pelucas; y esto sucedió porque faltó un bailarín y él actuó con una innovación sin máscaras y sin peluca. Fue una sorpresa para el público, pero fue aprobada. Otros grandes maestros de esta época fueron: Dupre(maestro de Noverre), Cayetano Vestrin, Maximiliano Gardel, Pedro Gardel y Dauberval.

Época de Luis XVI
Durante su reinado que duró 15 años (1774-1789) se representaron una serie de nuevos ballets, en los que María Antonieta, ávida de diversiones tenía mucho interés. La época moderna se acaba con la Revolución Francesa que da comienzo a la Edad Contemporanea.