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Bienvenidos al Blog de la Danza Clasica (Ballet Clasico)!!

Espero que encuentren aquí todo lo que necesitan para mejorar en este hermoso arte del Ballet; y que nunca dejen de bailar si es lo que los hace felices....

"La danza es el lenguaje escondido del alma"

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Acontecimientos de ballet en Italia en el siglo XIX

Ya se ha dicho que el siglo XVIII Francia se encontraba en todo el apogeo del ballet. Eran brillantes los ballets pero les faltaba alma.

Las ideas de Noverre tuvieron éxito en Italia, llevados por un alumno de este, el napolitano Salvador Vigano.

La característica de Salvador Vigano era el uso y abuso de la pantomima rimada.

Cuando joven, Vigano estudió música hasta llegar a ser compositor, he allí que su característica era: “la total subordinación de la danza, convertida en pantomima a la música”.

Tenía toda su familia que bailaba, pero sobre todo su mujer María Medina, era una célebre bailarina y famosa por su hermosura.

Su marido la hacía bailar casi desnuda, enloqueció a los austriacos. El emperador prendose de aquella cautivante mujer, lo que provocó los celos de la Emperatriz. Los Vigano hacinase cada vez más famosos. Beethoven compuso un minuet “a lo Vigano”. Las elegantes de Viena al querer ser como María Medina, que engordaba por culpa del embarazo, empezaron a ponerse almohadillas llamas: “vientre a lo Vigano”. Todo era a lo Vigano, peinados, calzados, vestidos, etc.

Recorrieron Europa, volvieron a Italia y fijaron su residencia en Viena, Vigano no dejaba de montar ballets. Los otros corógrafos de Italia de entonces representaban ballets de diferentes interpretaciones, el espectador debía seguirlo con el argumento que se distribuía.

Pero Vigano era distinto y decía: “cada espectador ha de verlo solo y comprenderlo todo sin estudio y sin necesidad de recurrir al argumento o a los comentarios”.

A partir de 1812 Vigano se establece en Milán. Ya no tiene que preocuparse por el dinero, pues una admiradora le dejó una fortuna. Sería absolutamente feliz si su esposa no fuera tan infiel y coqueta. En esta época Vigano deja de bailar para dedicarse a la coreografía y finalmente muere de una pulmonía.

Describían a Vigano rodeado de 80 bailarines en el escenario en una orquesta de 10 músicos a sus pies, componiendo y haciendo repetir durante toda la mañana 10 compases de su ballet que no acababan de gustarle.

Hay que reconocer que obtenía excelentes resultados. Empezaba por enseñar a cada bailarín su papel por separado, luego les hacía trabajar agrupados y cuando llegaba el momento de ensayar la escena entera todo el mundo comprobaba que los gestos de cada interprete se avenían exactamente a los de los demás.

Se puede hacer objeciones a las teorías de Vigano, pues se considera como un verdadero atentado a los principios esenciales de la danza, pero nada se puede decir como el concebía el cuerpo de baile. Se decía de Vigano a pesar de todo que su imaginación se asemejaba a la de Shakespeare, o sea que se le da en la historia de la danza una gran importancia.

El baile italiano recibe un nuevo aporte de Carlos Blasis, que fue director técnico del ballet italiano. O sea que fue un ilustre maestro de danza que asombró y fundó numerosas semillas. Además de su enseñanza en Italia y en Rusia dejó 70 ballets y creó nuevos pasos de baile: actitud, inspirado en la estatua griega de Mercuris y otro llamado pirouette en actitud.

De sus alumnos cuatro se convirtieron en estrellas: Carlota Grisi: gran talento y técnica, famosa por los precios fabulosos que exigía para actuar. Los artistas de ballet acostumbraban a decir al firmar el contrato: “precios a la Grisi, por favor”. Fanny Cerrito: su especialidad eran los grand jette y jettes en tournant, esposa de Saint de León. Amalia Ferraris: recibió en Roma una guirnalda de oro con la inscripción “el pueblo de Roma a la célebre bailarina rival de la Easler”. Carolina Rosati: era una excelente mimo. No obstante los resultados tan excelentes, el ballet italiano del siglo XIX ya no estaba en decadencia. O sea que en Italia se repetía el fenómeno que se observaba en Francia. Al morir Vigano los ballets que se representaron carecen de estructura inspirada, se convierten en evoluciones geométricas de una multitud de personas movidas por un argumento grotesco. Esto es el triste cuadro en que quedó Italia en el siglo XIX.

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